Redactar un contrato puede parecer algo exclusivo de abogados, pero la realidad es que cualquier persona o emprendedor puede crear acuerdos válidos si conoce los principios básicos del Derecho civil y mercantil. Ya sea un contrato de alquiler, una compraventa o una prestación de servicios, lo importante es dejar todo por escrito para evitar malentendidos y proteger tus derechos.
En este artículo aprenderás cómo redactar un contrato claro, válido y seguro sin necesidad de ser jurista, los errores más comunes que debes evitar y te ofreceremos una checklist práctica junto con un modelo de contrato básico para que puedas adaptarlo a tus necesidades.
1. ¿Por qué es tan importante tener un contrato por escrito?
Aunque muchos acuerdos se cierran “de palabra”, lo cierto es que el contrato verbal es difícil de probar. En caso de conflicto, todo dependerá de testigos o de la interpretación de las partes, lo que puede convertirse en un auténtico dolor de cabeza.
Un contrato escrito:
- Aporta seguridad jurídica: deja constancia de lo pactado y de las obligaciones de cada parte.
- Evita malentendidos: todo queda claro desde el principio.
- Sirve como prueba: ante un incumplimiento, puedes reclamar judicialmente con un documento firmado.
- Protege relaciones comerciales y personales: porque las palabras se las lleva el viento, pero un contrato queda.
En definitiva, redactar un contrato no es una formalidad: es una herramienta de prevención y una inversión en tranquilidad.

2. Estructura básica de un contrato
Un contrato no necesita un lenguaje rebuscado ni frases interminables para ser válido. Lo fundamental es que sea claro, coherente y contenga los elementos esenciales que exige la ley:
- Identificación de las partes: nombres completos, DNI/NIE o CIF, y domicilio. Ejemplo: “De una parte, D. Juan Pérez García, con DNI 12345678A, con domicilio en Madrid, en adelante EL PRESTADOR…”
- Objeto del contrato: debe describir con precisión qué se está contratando (un servicio, una compraventa, un alquiler, etc.). “El presente contrato tiene por objeto la prestación de servicios de diseño gráfico por parte del Prestador.”
- Obligaciones y derechos: detalla qué debe hacer cada parte y en qué plazos.
- Precio y forma de pago: indica la cantidad, moneda, método y plazos de pago.
- Duración y causas de terminación: especifica cuánto tiempo dura el contrato y en qué casos puede resolverse.
- Confidencialidad y propiedad intelectual (si aplica): protege información sensible o trabajos creados.
- Jurisdicción o resolución de conflictos: puedes indicar un juzgado o una forma de arbitraje.
- Firmas y fecha: sin ellas, el contrato carece de validez formal.
3. Errores más comunes al redactar contratos (y cómo evitarlos)
Aunque parezca sencillo, muchos contratos “caseros” se caen por errores básicos. A continuación, repasamos los fallos más frecuentes y cómo prevenirlos:
❌ Error 1: Usar plantillas genéricas de internet sin adaptarlas
Muchos descargan un modelo de contrato y lo rellenan sin modificarlo. Esto es peligroso, porque cada relación jurídica tiene sus particularidades.
✅ Consejo: usa modelos como guía, pero personaliza siempre los datos, el objeto del contrato y las cláusulas específicas. Un contrato genérico puede dejarte sin protección.
❌ Error 2: No detallar claramente el objeto o los plazos
Un contrato impreciso es una fuente de conflictos. Frases como “se prestarán servicios de marketing” no dicen nada sobre las tareas concretas o los tiempos de entrega.
✅ Consejo: especifica con detalle qué se va a hacer, cuándo, cómo y qué se considera cumplimiento.
Ejemplo: “El prestador elaborará tres diseños de logotipo en un plazo de 10 días hábiles.”
❌ Error 3: No incluir cláusulas de resolución o penalizaciones
¿Qué pasa si una de las partes incumple? Muchos contratos no lo indican, y eso complica reclamar.
✅ Consejo: establece las consecuencias del incumplimiento (por ejemplo, penalizaciones o derecho a rescindir el contrato sin penalización).
Ejemplo: “El retraso en la entrega superior a 10 días dará derecho al cliente a resolver el contrato sin penalización.”
❌ Error 4: Olvidar la protección de datos o la confidencialidad
Si manejas información sensible (clientes, estrategias, precios), estás obligado a respetar la normativa de protección de datos.
✅ Consejo: añade una cláusula de confidencialidad y, si tratas datos personales, cumple con el RGPD y la LOPDGDD.
❌ Error 5: No firmar todas las páginas o hacerlo de forma incorrecta
Un contrato sin firmas o con rúbricas incompletas puede ser impugnado.
✅ Consejo: firma todas las páginas o al menos la última y envía copia a ambas partes. Si se firma digitalmente, utiliza plataformas válidas (como Signaturit o DocuSign).
4. Checklist para redactar tu contrato

Antes de dar por terminado tu contrato, revisa esta lista de comprobación:
✅ He identificado correctamente a todas las partes.
✅ El objeto del contrato está claro, detallado y sin ambigüedades.
✅ He definido plazos concretos y condiciones de entrega.
✅ He especificado el precio y el método de pago.
✅ He añadido cláusulas de resolución, confidencialidad y protección de datos.
✅ He indicado el lugar o tribunal competente.
✅ El contrato está fechado y firmado por ambas partes.
✅ Conservo una copia firmada del documento.
Puedes convertir esta checklist en un documento descargable para revisar cada punto antes de firmar.
5. Modelo básico de contrato (adaptable)
⚠️ Este modelo tiene carácter orientativo. Si tu situación es compleja, consulta a un abogado.
CONTRATO DE PRESTACIÓN DE SERVICIOS
En [Ciudad], a [Fecha].
REUNIDOS
De una parte, D./Dña. [Nombre del cliente], con DNI [número], y domicilio en [dirección].
Y de otra, D./Dña. [Nombre del prestador], con DNI [número], y domicilio en [dirección].
Ambas partes, en adelante EL CLIENTE y EL PRESTADOR, acuerdan lo siguiente:
PRIMERA. Objeto
El presente contrato tiene por objeto la prestación de servicios de [describir los servicios] por parte del Prestador.
SEGUNDA. Duración
El contrato tendrá una duración de [número] meses, iniciándose el día [fecha] y finalizando el día [fecha], pudiendo prorrogarse por acuerdo escrito entre las partes.
TERCERA. Honorarios y forma de pago
El Cliente abonará al Prestador la cantidad de [importe] €, mediante [transferencia bancaria / PayPal / efectivo], en un plazo máximo de [días] desde la emisión de la factura.
CUARTA. Obligaciones del Prestador
El Prestador se compromete a realizar los trabajos con la máxima diligencia y a respetar los plazos acordados.
QUINTA. Confidencialidad
El Prestador se compromete a no divulgar ninguna información del Cliente sin autorización expresa.
SEXTA. Resolución
Cualquiera de las partes podrá resolver el contrato si la otra incumple sus obligaciones, previa comunicación escrita con un preaviso de [número] días.
SÉPTIMA. Legislación aplicable
Este contrato se regirá por la legislación española. Para cualquier controversia, las partes se someten a los Juzgados y Tribunales de [ciudad].
Y en prueba de conformidad, ambas partes firman el presente contrato por duplicado.
[Firma del Cliente]
[Firma del Prestador]
6. Conclusión: un buen contrato vale más que mil palabras
Redactar un contrato sin ser abogado es posible si entiendes su finalidad: prevenir conflictos y dejar todo claro desde el principio. La clave está en ser específico, evitar ambigüedades y usar un lenguaje sencillo.
Tanto si eres autónomo, propietario o emprendedor, dedicar tiempo a elaborar un buen contrato te ahorrará preocupaciones futuras. Y recuerda: no necesitas ser abogado para proteger tus intereses, solo sentido común, claridad y rigor.
